Economía Digital [21 de enero de 2022]
Hasta hace no tanto el expertise, la formación y el conocimiento específico de una materia eran atributos valorados en el debate público y, a poco que uno se tuviera respeto, no se atrevía a opinar en público sin saber, y menos aún a decir a los expertos qué era lo que tenían que hacer.
En tiempos recientes han ocurrido dos cosas -contradictorias pero no por ello menos extendidas-. Por un lado, todos opinan de todo, aún con absoluta ignorancia del tema en cuestión e independientemente de lo complejo o especializado del asunto. Por otro lado, se ha generalizado esa idea tan populista de que el conocimiento es de élites, privilegiados que se aprovechan de su posición y a los que, por tanto, debemos acallar, o cancelar, vocablo más a la moda.